
Seguimos en esta rutina de recuerdos. Le toca a mi amigo Oscar Cornejo Purilla, el popular "papi" de los Barrios Altos y con quien sostuve la mayor parte de actuaciones como "El Hombre del Acordeón". Llegó bastante joven, recomendado por un colega conocedor de nuestra búsqueda de baterista y ese contacto primero fue en la cabina de locución de Canal 4. Nos encontrábamos de turno en horas de la noche y fue un agradable encuentro porque, sintomáticamente, fluyeron de ambos lados los magnetismos artísticos.
Siempre lo seguiré diciendo. Manuel Revilla Villafuerte, compañero de barrio y de estudios, me incentivó a formar una agrupación instrumental para amenizar fiestas. El fue mi primer baterista y los primeros contratos se debieron a sus gestiones en "Faucet", compañía en la que prestaba sus servicios de técnico. Debutamos en el Club de Aeronáutica y fue todo un éxito. Seguiríamos disfrutando con Roberto Uceda, de reuniones en las que, además de recibir aplausos, nos llevábamos muy buenos soles al bolsillo. ¡Linda época!.
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El equipo de "Papi". |
Lamentablemente Manuel se retiró y esta fue la oportunidad para Oscar Cornejo, un joven con ambiciones y de muy grande talento para el ritmo. Había adquirido una batería completa y profesional. La tarola, timbales, un napoleón y el clásico bombo y platillos. Un juego de percusión en vistoso color azul. Había que verlo en acción entre todos estos elementos. Se adaptó a nuestro "Transicord" y, con ese swing propio de los por el arte elegidos, debutó exitósamente tocando valses, polcas, tangos, boleros y guarachas a todo dar.
Poco a poco, fuimos adquiriendo elementos de amplificación y Oscar, siempre ávido de colaborar, invitó al conjunto a Lucho Vivar, otro muchachón alegre y de buen cantar que le dio el sabor tropical al conjunto. Ya éramos cuatro contando con la guitarra de Roberto Uceda. Matrimonios, bautizos, bodas de plata, de oro y de todos los metales. Los cumpleaños y en especial las fiestas de quince años, servían para que todos nos diéramos íntegros en cada reunión. "Papi", fue un elemento imprescindible como músico y amigo.
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Doctor Oscar Cornejo Cobeña |
Voy a evocar a Juanito Barja, un vecino de Santa Isabel que con su automovil nos transportaba a cada cita. El mismo se apodó como "cuchillo loco", apelativo apache que aludía como defensa ante ataques posibles en nuestros recorridos nocturnos. Con él, recogíamos a "papi" en su domicilio de Av. Los Incas en los Barrios Altos y que nos permitió conocer a la Sra. Purilla, una agradable dama, madre de este artista dominador de las baquetas y cencerros. Hoy ya es abuelo, el recordado Oscar Cornejo del pequeño automovil y padre del médico que adorna esta reseña..
Está dedicado siempre a estos menesteres musicales. Provée instrumentos a diversos conjuntos y siempre integra agrupaciones en las que pueda demostrar su arte y talento. Ha prometido hace ya buenos meses, una visita al "Hombre del Acordeón" para, después de mucho tiempo, recordar estas aventuras de la música y de las que fuimos protagonistas. "OSCAR CORNEJO PURILLA", es el baterista internacional que nos brindó su talento y que está atrapado en nuestras evocaciones por su amistad y profesión. Gracias.
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