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martes, 30 de diciembre de 2014

LAS BROMAS PESADAS EN NUESTROS INICIOS DE LOCUTOR. TAMBIÉN LAS HICIMOS Y JAMÁS NOS DESCUBRIERON. AQUÍ ALGUNAS.

Frente a la ventana de las bromas
El mundo de la radio y del espectáculo se prestaba a todo. Mucho de lo vivido entre bambalinas no ha sido comentado. Hubo de todo. Realmente sorpresas que nos dejaban paralizados. Empezaremos con la primera y que nos sucedió  una mañana de sábado cuando no se transmitían los radioteatros. Fue en Radio Victoria, la emisora en la que nos iniciamos como locutor y de la que tenemos los recuerdos más inolvidables. Existía un auditorio. A la izquierda se ubicaba la cabina de locución. A la derecha el control maestro. Nos encontrábamos frente a frente con el operador, salvando la distancia del gran escenario en el que actuaban los más famosos artistas.

Recuerdo que nos hallábamos en pleno trabajo y leyendo los comerciales, como también anunciando los discos. El auditorio estaba a oscuras. Al frente el control iluminado y un gran reloj. Nos dan luz roja para dar la hora y... ¡horror! Algo se interpone en el ventanal que no nos permite hacerlo. No lo van a creer. Se trataba del trasero descubierto de un colega que se había bajado los pantalones y nos lo mostraba justo en aquel momento. Estaba en el escenario. Recurrimos por supuesto a nuestro reloj personal y salimos del apuro. En medio de la oscuridad del auditorio, observábamos que luego el pesado bromista huía y se confundiría en las oficinas de la radio.

Éramos novatos en la locución y teníamos tan solamente unos días de experiencia. No nos gustó, pero vendrían otras bromas después. Por ejemplo. Nos daban micrófono y cumplíamos con leer las tandas de comerciales o las noticias siempre con la luz roja que significaba "al aire". Terminaba esa tarea y, ¡Dios Santo! Permanecía la luz roja. Teníamos que estar callados y a la expectativa que "cerraran" el micrófono. El controlador, de espaldas e ignorando nuestros apuros. Pasaba su tanda de comerciales y ponía un disco de aquellos bailables que duraban 10 o más minutos. No sabíamos qué hacer. Ese era Samuel Soto Marius, que nos gastaba la broma para que "aprendiéramos". 

Y aprendimos. Recuerdo que justo en horas de la mañana se encontraban en el control maestro el Ing. Freund y el propietario Don Iosé Eduardo Cavero Andrade. Soto Marious, nuestro radio operador, nos da micrófono para leer. Fue instantánea la idea de ponerlo en apuros, a modo de venganza. Hacíamos los gestos de estar leyendo los avisos, pero sin emitir voz. En el control maestro había preocupación. Nada menos que el dueño de la radio, el Ing. Freund y mi colega que no sabían el porqué de esa falla. Don José Eduardo ordenó se pusiera un disco musical y empezaron a ubicarla. Soto se rascaba la cabeza. Probaron el micrófono en interno y funcionó. No pasó nada.

Había consumado mi venganza por las constantes bromas que nos hacía Soto Marious. Hasta pensaron en cambiar el micrófono. Terminada nuestra labor nos dirigimos al control maestro y le consulté a este qué había sucedido? Me respondió que a veces pasaba eso. O sea que no advirtió jamás que el joven locutor Serván tenía las suyas. Hay muchas más anécdotas que iremos refiriendo en este blog de "Remembranzas". Famosos colegas que, sazonados por algún trago, cumplían sus horarios y se tomaban ciertas libertades inconfesables. Así fue la radio. Esperamos que no se vaya a tomar otra impresión de nuestra persona. Gracias.

jueves, 20 de noviembre de 2014

REMEMBRANZAS DE MI AMIGO MANUEL ACOSTA CALDERÓN Y SU HERMOSA FAMILIA. ¡TIEMPOS FELICES! NOS CONOCIMOS EN RADIO "LUZ".

Manuel Acosta Calderón
Dicen que "Recordar es volver a vivir". Volver a vivir el pasado y muy especialmente todo aquello que nos trae felicidad. En este blog de "Remembranzas" hoy evoco cómo inicamos nuestra amistad  con el querido colega Manuel Acosta Calderón, gran locutor y tremendo compositor y cantor. Hacíamos unos programas en la desaparecida radio "Luz" que dirigiera el Padre Jesuita Gonzalo Alcocer y que accedió a darnos dos horas diarias para realizar nuestra "Programación Especial": "Virtuosos del Acordeón",  "Canta Italia", "La Voz y la Melodía" y "Aires y Cantares de España". Cada hora teníamos la visita de Manuel para transmitir el informativo correspondiente. Nos sorprendió su voz y su estilo cadencioso y muy sobrio. Creo que fue "una amistad a primera vista", porque nació de manera espontánea y casi sin notarse.

Anita y sus queridos padres.
Después del programa, exactamente al mediodía, nos íbamos al auditorio a practicar el piano y fue allí que descubrimos el talento de compositor de nuestro amigo. Lo acompañaba y era sorprendente comprobar su versatilidad para componer valses. Se enteró que dictábamos clases de acordeón y fue así que llegamos a "Río Moche" en Pueblo Libre y en donde disfrutaba de un hogar feliz. Conocimos a Anita, su pequeña hija que venía padeciendo de unas fiebres de las que no se sabían la causa. Recuerdo que le sugerí ir al Hospital del Niño e internar a la pequeña para un estudio mejor de su caso. Al día siguiente y muy temprano llegaron a mi hogar, en Lince. Blanca y Manuel. Sus rostros nos anunciaban algo terrible. Tenían el diagnóstico final y nos abrazamos en incontenible llanto al saber que Anita padecía de la fatal Leucemia.

El risueño "Nano".
Creo que fue en aquel momento que comprendimos había nacido en nuestras familias lo que se dice una verdadera amistad. Habíamos alquilado un departamento en la urbanización San Eugenio y nos habíamos dedicado a la enseñanza del acordeón. Así llegaban los Acosta Torrelly a recibir sus clases y fue una manera de que se fueran disipando las penas. Al margen y siempre llenos de amistad, acompañaba a Manuel a su muy nutrida cantidad de eventos sociales. En su Peugeot y con el acordeón a cuestas, perdí la noción de cuantas fueron las fiestas que animamos. Llegamos hasta Chosica a casa de José Segundo, un buen arequipeño que nos atendió como reyes y amenizamos también un último cumpleaños de Anita y vivir luego todo el drama que significó su triste despedida. Esto nunca se ha borrado de nuestra memoria.

"Chabuquita".
Conocimos a toda la familia de Blanca, originales de Yura y muy orgullosa de ello. Sus padres, a los que supe apreciar y nos brindaron su cariño. A Ruth y Jesús. A los pequeños Carlos, "Chabuquita", "Nano" y las todavía muy niñas Marisol y Blanquita. Por supuesto, también a Mafalda. Bueno. A toda la familia y sus amistades. Un hecho curioso fue cuando Manuel nos llevó al cumpleaños de Lucho Orbegozo, profesor del "Ricardo Palma", nuestro colegio secundario y en el que a su lado iniciamos nuestras primeras prácticas de locución frente a un micrófono. Hicimos bailar allí al "teacher Urrunaga" y al profesor de Matemáticas José Cabrera que, a pesar de "tomar" de tú a tú, no permitía que me tomara confianzas con él. Evoco sus clases y cuando "roncaba" con la boca abierta y servía de "tiro al blanco". No fallábamos una sola "miga".

El alumno Carlos.
El tiempo pasó raudo y ambos nos empeñamos en trabajos que ocupaban casi todo nuestro tiempo. Sin embargo, y eso lo sabe mi querido Manuel, lo visitaba de vez en cuando y no dejaba de llamarlo por teléfono. Su trabajo en la FAP, nos desligó algo, pero nos visitaba al Canal 4 y a sabiendas que éramos Presidente de la Asociación de Locutores del Perú. Inscribimos a "Chabuca" y a Manuel. ¡Cómo olvidarlo! Con mis teclados y equipo de sonido animé el matrimonio de Isabel y fue nuestro modesto regalo. Recuerdo que Carlos no me reconoció, pero en cuanto lo supo rió como si hubiera recordado algún motivo ligado a su infancia con nosotros. Fue mi alumno de acordeón al que traté de enseñarle mejor sus secretos. La verdad es que siempre hubo un motivo, pese a nuestros alejamientos, para vernos con el querido Manuel.

El día del Locutor.
Así llegó a nuestro hogar en Santa Isabel para festejar el Día del Locutor y uno de nuestros cumpleaños. También volvimos a Rio Moche y almorzamos atendidos por mi querida amiga Blanca y Nano. Tuve su compañía familiar con mi sobrina Marisol en aquellos momentos de la pérdida de mi adorada esposa y creo que así renacieron nuestros afectos, como aquél que tuve con sus hermanos, inolvidables amigos de Surquillo y hasta conversé con Margarita. Ojalá y se lo pido a Dios, volvamos a tenerlo con nosotros. Es una espera,  a pesar del corto tiempo de su operación, demasiado larga. Ha servido sin embargo para que haya escrito estos recuerdos y que los dedico a mis queridos sobrinos Acosta Torrelly y a nuestra familia. No hay que perder las esperanzas y oremos por MANUEL ACOSTA CALDERÓN. Gracias. 

viernes, 11 de abril de 2014

ANTONIO TINEO GAMARRA. HOMBRE DE PRENSA IMPORTANTE EN AMERICA TELEVISION. DESCUBRIO AL "TIO JOHNNY".

Antonio Tineo
En estas remembranzas de nuestra vida en la radio y en la televisión, siempre hay personajes que se ganaron nuestra admiración por su sencillez y cordialidad. Ingresamos a Canal 4 en 1970, a raíz de nuestras intervenciones de presentador y locutor comercial de los programas de Kiko Ledgard, que ya tenía amplia popularidad por sus excentricidades y sin ninguna duda, fue el conductor de los concursos más singulares de esos buenos tiempos. También encontramos a otro personaje de la locución deportiva como Juan Sedó y que ya jugaba sus tiempos de descuento como el "Tío Juan". Era la moda y había que encontrar un reemplazo. Mucho tuvo que ver Antonio Tineo Gamarra en esto. De larga experiencia en la radio y muy positivo en la televisión.

"El Tío Johnny".
La Gerencia del Canal 4 le encomendó a este gran periodista una programación que entretuviera a su público durante todo el domingo, porque existía una empresa interesada en ello. Nada menos que los productos "Nestlé". Era una maratón desde las primeras horas de la mañana hasta finalizar el día y saludar a la noche. Contaba el propio Tineo que no había problemas para las noticias ni la cotidiana programación de adultos. Lo que le originaba "rascarse la cabeza" era el espacio infantil. Había existido un "Tío Juan" que fue locutor y ¿porqué no podría ser otro Juan, pero con nombre gringo? Ese era Johnny Salim, locutor de cabina, de buena presencia y al que habría que ponerle el sombrerito del Tio Sam y listo. Así nació "El Tío Johnny" en "Domingos de Nestlé".

Locutores Gustavo Indacochea, Juan Ramírez Lazo,
Eduardo Navarro, Raúl Calle y José "Pepe" Delgado
Antonio Tineo ingresó a trabajar en Radio América, en ese querido local del Jr. Ocoña, como todo joven con muchas aspiraciones en 1952. Esta emisora era una de las grandes del dial. Presentaba a los más notables artistas y tenía a brillantes locutores como Pepe Delgado, el célebre Gustavo Indacochea, Eduardo Navarro "El Reporter Esso", Raúl Calle y Juan Ramírez Lazo entre otros. Con esta magnífica gente Antonio Tineo empezó a tomar experiencia y continuaba sus estudios en la Universidad Católica y en la que se graduó posteriormente. Fue un profesional que fue ascendiendo de a poco, tomando experiencia en sus mejores años, hasta tener ocasión de un mejor desempeño en América Televisión Canal 4.

Alfredo Espinoza y Antonio.
Es así que fue hombre de confianza de los propietarios de este canal. Cuando le conocí, noté en él al periodista sencillo y afable. Sin poses, con una modestia que no reflejaba su dilatada carrera en este mundo fascinante de la radio y la televisión. Llegó a ocupar la Jefatura de Prensa y tener colaboradores como su gran colega del Cusco Alfredo Espinoza, periodista y excelente locutor que se nos fue cuando tenía mucho que dar. Se desempeñó en esa época de gran camaradería que existía cuando estaban con vida Don Antonio Umbert Féllez y Nicanor Gonzales Vásquez, los fundadores de la Compañía Peruana de Radiodifusión S. A.

En la sala de Prensa de América
Al evocarlo en esta nota de nuestra remembranzas, sabemos que se está recuperando de una caída accidental y que lo tiene inhabilitado para caminar. Cuanto lo lamentamos. Lo importante es que ha dejado gratos recuerdos entre quienes lo tratamos. Lejos ya de esos programas sobre el seguimiento y desarrollo del terrorismo en el Perú, en los que dio muestras de una sapiencia admirable. Había que ser valiente para descubrir los vaivenes del narcotráfico en el Perú y que eran requeridos por interesados de América, Europa y Asia y que condensaba en especiales que marcaron época. Hoy nos tocó evocar al periodista Antonio Tineo Gamarra y que a través de su buena pupila supo descubrir nada menos que al famoso "Tío Johnny". Gracias.

domingo, 26 de enero de 2014

ALFREDO AGUIRRE Y HUGO DONAYRE MANRIQUE. NACIERON PARA EVOCAR RECUERDOS Y NOS UNIMOS EL 24 DE ENERO DE 2014 EN LINCE.

Hugo Donayre
En este blog de "Remembranzas" quiero dejar señalada mi alegría de haber vuelto a ver luego de muchas lunas, a mi amigo artista, en todo el sentido de la palabra, Manuel Alfredo Aguirre Zapata. Por el apellido, famoso con sus hermanos y que han logrado dejar en el disco temas inolvidables y de arraigo popular. Por ejemplo, ese "pegaditos" de polcas dedicado a los más famosos clubes del fútbol peruano. Culpable de lograr este reencuentro ha sido mi amigo Hugo Donayre Manrique y a quien, también hallamos en el mundo cibernético que nos domina. Hugo es en el Facebook uno de los más destacados referentes de la historia de nuestra canción criolla y cuenta con una excelente recopilación de sucesos y grabaciones musicales que comparte con todos sus buenos amigos.

Alfredo Aguirre
Hacía mucho tiempo que teníamos proyectado el vernos con Hugo. Leemos sus buenos aportes en su muro de Facebook y siempre tenemos la oportunidad de decir algo. Esa constante diaria hizo que alimentáramos la intención de un encuentro y en cierto modo reconocernos, puesto que existía un hecho anecdótico de la década de 1950 cuando al jovencito Hugo lo conminamos a ceder el asiento a una señora en el auditorio de Radio Victoria. Lo recuerda con mucho humor y lo comentamos con Alfredo en esta cita que pasa al "rincón de los recuerdos". Por supuesto que la "Cámara Viajera" empezó a funcionar desde el pitazo inicial en aquel chifa de Lince y que nos acogió con amabilidad. A un hombre que ama la pintura y la practica con devoción haciendo retratos al óleo, le hicimos esta toma y se le dedicamos con todo aprecio.

Hugo, Alfredo y José Carlos.
La cita fue a las dos de la tarde y llegamos al lugar convenido. Fue fácil reconocer a Hugo Donayre y nos dimos el abrazo correspondiente. Había que esperar a Alfredo que trataba de estacionarse por los alrededores. Mientras tanto buscamos el lugar del "manyute" y estaba cerca como ya lo indiqué. Debo agradecerle el CD que nos obsequió y que contiene una grabación de "Los Guajiros", célebre conjunto romántico que apareciera en la década de 1950 y con cuyos integrantes hicimos amistad, especialmente con Roberto Uceda y que integró nuestra agrupación orquestal. "Mar y Cielo" es lo que oyemos mientras hacemos este relato.

"Los Nuevos Aguirre"
Apenas hubo llegado Alfredo Aguirre y después del correspondiente abrazo efusivo, nos halagó obsequiándonos las primeras fotos de "Los Nuevos Aguirre" y que está conformado el trío con la primera voz de su encantadora hija Claudia, a quien, gracias a Hugo, pudimos apreciar cantando el vals "Las Grandes del Criollismo", inspiración de mi amigo en una actuación por Canal 7 TV. La otra voz es la de Enrique Aguirre, su hermano y dueño de gran talento y buen registro. Les auguro triunfos y se lo merecen. Seguirán siempre en nuestros recuerdos los originales y que ya son historia del criollismo peruano.

Alfredo luce muy emotivo.
Debo agradecer a Hugo Donayre el programa de "Los Embajadores Criollos" que viene en el CD que nos obsequió. Oír la voz de José Lázaro Tello en la presentación y que justo arranca con su característica famosa de "Viva lo Peruano". Pensar que por esos tiempos Alfredo Aguirre los veía ensayar, desde un lugar estratégico en "La Cabaña". Nos confesó que al observar al "Chino Alejandro", cimentó su dominio de la guitarra y que le serviría tiempo después para integrarse nada menos que a "Los Morunos" con Guillermo Medina y Manuel Ortiz. Suspira evocando esos lejanos años y las decenas de peripecias que vivió integrando la famosa agrupación.

Gracias Hugo y gracias Alfredo
Si bien es cierto que no conseguimos retribuciones económicas en este medio moderno, lo que nos agrada verdaderamente son estos reencuentros con grandes amigos, como lo son Hugo y Alfredo. Finalizamos en el Parque Castilla de Lince y al que concurrimos con nuestros nietos. Estas dos últimas fotos señalan lo dicho y les agradezco a ambos tamaña deferencia para con nosotros. Hay todavía mucho camino que recorrer y tanto Alfredo Aguirre, Hugo Donayre y quien realiza estas notas, estamos seguros que seguiremos aportando historias para las futuras generaciones. Gracias.