Receptor antíguo. |
Hoy que la televisión nos inundó y la tenemos en todos los estilos, podemos comprobar la gran realidad que nos envuelve. De aquellos años tranquilos de nuestra juventud, los del siglo pasado y que nos convocaban a las familias alrededor de un receptor, no queda nada. Quedábamos asombrados del respeto que se le tenía al idioma. La radio, con personajes bien hablados, era una clase maestra de lenguaje y más de uno se inclinaba a seguir la locución como carrera de vocación profesional.
Nuestro hogar tuvo sus raíces en esforzados padres que fomentaban el arte en sus hijos. Los buenos modos de comportamiento, el respeto a los mayores y el amor a los semejantes. Entendíamos nuestra venerada religión católica, de acuerdo a las enseñanzas en las aulas. Como el famoso catecismo que, fuera de nuestras obligaciones escolares, recibíamos en la Iglesia y siempre de charlas amenas a cargo de buenísimos sacerdotes italianos o españoles. La Semana Santa, era un duelo universal y respetado.
Radio Galena y audífonos |
Por todo esto que les comento, cada vez que oigo noticias y que sin mayores reparos jóvenes reporteras, demostrando una insensibilidad moral y total falencia de principios cristianos, se hacen eco de noticias sin fundamento para atacar los valores practicados antaño, quedamos estupefactos. La gran mayoría de esta juventud periodística de la televisión y la radio, incluyendo a las estrellas, no impide que se sucumba ante el premeditado accionar de ideas extrañas a nuestras costumbres.
Receptor de ayer. |
Allí están los "agnósticos". Los ególatras engañados por la fantasía de las pantallas y el aplauso obligado de quienes concurren al set. ¡Si vieran su realidad amoral!. Si comprendieran que pasado el momento de las exhibiciones nada van a cosechar, cambiarían de actitud. Hoy impera la grosería como un adorno peculiar. Por todo esto, cada vez somos mas los alejados de la radio y la televisión. Por lo pronto, mi entretenimiento reposa en estos teclados y augurando una sana convivencia. Gracias.
Magnifico enfoque amigo Josè Carlos, efectivamente, la radio del ayer, tenìa, magia, magnetismo, un encanto tan natural que nos hacia dudar si estàbamos en el limbo, o frente al receptor. Todos aquellos quienes desde pequeños encontramos en la radio, nuestro mejor entretenimiento, aprendimos a quererla y a respetarla. Y como Ud dice, era tradicional ver a las familias reunidas escuchando el receptor. Muchos autores dicen que la radio, era el entretenimiento màs barato, otros la llamaron "el cine de los pobres", porque con la magia de sus ondas, hacian que nuestra imaginaciòn ponga el resto. Tal como Ud lo menciona, la radio era modelo de educaciòn, y una guia permanente para los niños y jòvenes que vieron en ella una sana manera de utilizar el valioso tiempo. Y uno siempre recuerda a la radio, como su primer contacto para aprender a escuchar cosas buenas, de la gente quienes desde los estudios de la estaciòn nos permitian aprender de ellos. Estos señores, grandes profesionales, con escuela y formaciòn eran realmente los amos del micròfono.
ResponderEliminarMucho aprendieron de los colegas de otros paises y su mejor referente fueron las estaciones de onda corta de Mèxico, Argentina, Chile, Cuba, y España. Maestro Servàn hay tanto que hablar sobre la radio de nuestros tiempos, que resultarà para mi un lujo conversar con Ud, de tan querido y apreciado tema.
OLDIES:
ResponderEliminarSiempre estaremos de acuerdo. Gracias por intervenir en "Remembranzas".