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sábado, 31 de diciembre de 2011

UNA EVOCACIÓN AL AYER Y QUE LA DEDICO A MI AMIGO Y GRAN COLEGA EDUARDO NAVARRO CARRIÓN. ¡FELIZ 2012!

"El Reporter Esso"
Siempre charlamos por teléfono y nos nutrimos de recuerdos. Hace ya buen tiempo que lo reseñé en mi blog "Locutores en el Perú" y lo daba por desaparecido. ¡Cosa más grande, chico! Nos llamó y pidió aclaráramos el asunto. Estaba como se pide chumbeque y desde allí nos proporcionó fotografías de sus mejores momentos, aquellos del famoso "Reporter Esso" de Radio América. Una voz grandiosa para que las noticias sobresalgan y el público oyente pudiera gozarlas en toda su magnitud.

Nos ha conversado sobre César Chávarri Neyra y lo incluye en fotografía nada menos que al lado de Manuel Traverso, Billy Billiers, César Augusto Huertas y otros. Él posa muy elegante y sobrio. Recuerdo gráfico de una de las tantas reuniones de amigos después de la faena cumplida. Otra novedad para nosotros fue ver a un quinteto de locutores como Gustavo Indacochea, Juán Ramírez Lazo, él y Raúl Calle más Pepe Delgado. Ya están en nuestro blog dedicado a las grandes voces del Perú.

Aquí están César Augusto Huertas, Billy
Billiers, Eduardo, Traverso y Chávarri.
¿Qué hemos ganado con descubrir a Eduardo Navarro? Estaba en la misma situación de olvidados hombres del micrófono y que hoy, gracias a nuestras evocaciones, resurgen y dan qué hablar. He ganado en más historia y verídica porque salen de labios de Eduardo Navarro. Es un experto enviador de correos, todos fantásticos y espectaculares. Es un gozo distraerse con muchas fotos y reenviarlas a otros para que tengan la satisfacción de disfrutar de ellas. Todos nos felicitan gracias a Eduardo.

No olvido su generosidad cuando nos invitó a pasar un buen rato en su hogar. Hasta ahora hay un sabor  a chifa en nuestros recuerdos. Todo el arte mandarín se manifiesta cuando cruzamos alguna avenida y divisamos el letrero de algún establecimiento chino. Allí está el secreto de saber recordar. Bastan unos detalles y automáticamente volvemos con la imaginación al lugar del "pecado". Lo que hicimos aquella vez atentó contra el precepto de la "templanza". ¡Es que todo estuvo tan rico!

Aquí posan Marco Antonio Castro, Fidel
Ramírez Lazo y Alberto Arenal Coronel.
El interés de evocar estos recuerdos no tiene más que un objetivo: escribir sobre Eduardo y retroceder a tiempos felices. Cada foto de los 40 o los 50, tiene marcadas las huellas del tiempo. En cada arruga de nuestros rostros hay una señal de amigas y amigos. Las canas demuestran que tuvimos una juventud blanca y sana. Sin prejuicios y siempre valorando al que vale. Igualmente tratamos sobre Marco Antonio Castro, el que perdió su puesto por pegarle un "cocacho" al hijo del dueño. Fidel Ramírez Lazo, una de las grandes voces y Alberto Arenas Coronel, gran maestro al que tengo siempre presente.

Va con todo mi aprecio esta nota para ti Eduardo. Atrás quedaron esas celebraciones inolvidables para esperar el Año Nuevo con amigos tan especiales como Raúl Calle, Víctor Dongo, Nelson Arrunátegui o Carlos Alfonso Delgado. ¡Qué festejante era Manuel Traverso! Un arequipeño diferente y siempre recordado como "el palomo". Muy elegante y divertido. Tuvimos esos privilegios de alternar frente al micrófono y frente a las "chelas" con estos grandes de nuestra locución. Un abrazo Eduardo y ¡Feliz 2012! Gracias.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

MIS RECUERDOS DE LA NOCHE BUENA. ¡LOS PEDIDOS AL NIÑO JESÚS! UNA ANÉCDOTA.

"EL NIÑITO
JESÚS"
Hace 53 años, todo el tiempo de nuestro feliz matrimonio, un "niñito" ocupa la cuna de aquel pesebre en el que naciera Jesús. Cada mes de Diciembre, sentimos la necesidad de reencontrarnos con Jesús. Volver a aquella alegría que nos une cada vez más. Es por eso que este año, mi querida esposa Antonieta, vuelve a levantar su Nacimiento con la ayuda de Juanita, mi hija, y cada vez ocupando más paredes de la sala hogareña. Cada mañana hacemos el rezo, aquel del ritual alrededor de la corona de espinas.

Pero vayamos a la remembranza. Siempre se nos acostumbró a esperar al Niño Jesús. Después sería el Papá Noel y a esperarlo con la mirada puesta en la ventana de nuestro dormitorio. ¡Siempre nos quedábamos dormidos. Hablamos del niño Carlitos de tan sólo 5 años. Muy iluso y creyente. No acostumbrado a lo que hoy predomina: el obsequio fastuoso y exagerado de juguetes. Nuestro "Papá Noel Ángel", mi padre, debía mantener con su sueldo de policía honesto, a una familia llena de hijos. Fuimos siete hermanos.

¡Cómo olvidar aquel primer juguete! Un monito que saltaba estirado por una goma. Tan modesto, hoy lo digo, pero en aquel momento: ¡un lindo juguete! Siempre crédulo y esperanzado, y ya concurrente a ver las "seriales" como "El Llanero Solitario", siempre deseaba tener lo necesario para disfrazarme de él. Así, en otra navidad, le escribí a Papá Noel para que me complaciera. Con toda la ilusión gigante de un niño confiado y sano, puse mi carta en los zapatos a la ventana y me quedé dormido. No puedo olvidarlo.

Aquel despertar fue una desilución. Quien me había seguido el juego fue mi hermano mayor al que que cariñosamente le decimos "Chocatito", de Sócrates. Era también un niño. ¿Saben lo que hizo Chocatito? Me hizo la máscara del "Llanero" con una tapa negra de algún cuaderno. Las pistolas, las confeccionó con dos hojas de "El Comercio", muy enrolladas y dobladas por el medio, es decir, las clásicas pistolas que nos ingeniábamos los niños de esos tiempos. Y le creí cuando me explicó que Papá Noel estaba pobre.

¡Qué cándido era! Como todos los niños de aquellos dorados tiempos. Mentes sanas y limpias. Creyentes al máximo y que se conformaban con lo que recibíamos en nuestro hogar. Fue una decepción en esos mis primeros años y, a modo de bromearnos un poco, siempre se lo recuerdo a Sócrates. Pero, no nos afectó en lo profundo de nuestro ser. Nos agrada ver felices a otros y hoy, sin estar muy de acuerdo, criticar aquella ostentación que muchos padres modernos demuestran a sus hijos, llenándolos de juguetes.

Creo que la culpa es de los chinos que los han abaratado y hasta en los más humildes hogares de cualquier cono, los niños disfrutan de un verdadero juguete. Una remembranza sin enojos. Recuerdos de nuestra humildad y que toma fuerza cuando sentimos el verdadero sentido de la Navidad. Jesús nació en un pesebre muy humilde y de allí se convirtió en hombre para morir por nosotros. ¡Vaya qué relato! Les deseo que este 25 en su Noche Buena, se hagan realidad vuestros deseos. ¡No pidan mucho! Gracias.