Hernán, era un hombre muy caballeroso y de gran sentido del humor. Que te escuchaba pacientemente y no se por qué circunstancias me dio una confianza increíble. Yo era un muchachito y principiante. Le caí bien y en esa su oficina en el local de aquel tiempo en La Cabaña del Parque de la Exposición, aprovechábamos en oírlo con sus siempre hilarantes historias. Algo peculiar en él, era su paciencia de escucharme. Una máquina de escribir "Remintong", bastante usada, servía para que se abocara a sus libretos o glosas para las estrellas que engalanaban esos programas inolvidables de auditorio. Yo, lo observaba.
Siempre me agradó escribir en la vieja máquina de mi padre y ver por primera vez a un profesional frente al teclado, me causaba fascinación. Me leía sus libretos a modo de que los aprobara. Glosas para figuras como Jesús Vásquez, Los Embajadores Criollos, etc. Lo que les relato a continuación me dejó mudo. La actriz y gran declamadora nacional Socorro Cáceres, llegó en una ocasión con fotos de sus actuaciones en diversos escenarios:Teatro Segura y Municipal, por ejemplo. Instantáneas preciosas y que me hicieron admirarla mucho más. Aquel álbum llegó a manos de Hernán Delgado y ¿saben lo que hizo?
Nos hallábamos en plena actuación radioteatral con actores de la talla de Pepe Soria, Rafaél González Guía y otros famosos y, mientras discurría la escena, el álbum de Socorro fue puesto en mi mesa de locución. Volví a observarlo y foto tras foto, llegamos al final. Me sorprendió una hoja que había sido insertada recién. La leí y quedé sorprendido. Un título advertía: "Buena Gratificación". Seguidamente un texto que indicaba "al que encuentre por casualidad este álbum, puede remitirlo al "Larco Herrera" o manicomio, por ser parte de la historia de la actriz". Se dará buena recompensa. Firmaba la propia Socorro Cáceres.
Ella, tan salerosa y expresiva, invitaba a los colegas del radioteatro y me imagino a todas sus amistades, a observar sus fotos. Aún recuerdo la expresión de Rafael González Guía, poco afecto a las bromas, cuando llegaba al final del álbum. Adiviné automáticamente quién era el autor de la broma, por el tipo de letras de aquel texto y que correspondían a la máquina de escribir de Hernán Delgado. Mi confianza con él me hizo indagar directamente el suceso y rompió en una carcajada que lo delató al instante. Una broma de mal gusto, sin ninguna duda, pero verlo tan feliz, hizo que disimulara el asunto.
Un hombre inteligente y que no se sentía a gusto en aquel sitio. De mala borrachera y que, cuando llegaba de una de ellas, buscaba a Don José Eduardo Cavero para "matarlo". Esto era historia vieja que al principio me causó escalofrío. Recuerdo que en plena lucidez, tuvo la confianza de decirme que su hermana estaba casada con Don Antonio Umbert, el dueño de Radio América y de la futura televisora del Canal 4. Fue increíble que aceptara mi consejo de que recurriera a él o le confesara sus deseos a su hermana. Todo vendría después. Llegó a ocupar la Sub Gerencia de dicho Canal y fue nuestro reencuentro en 1970, cuando empezamos a laborar allí. Volverían los recuerdos y otra hermosa etapa al lado de Hernán Delgado Gallé. Gracias.
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