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lunes, 30 de septiembre de 2013

EL DOCTOR CARLOS MANSILLA. NO EJERCE LA PROFESION DE LOCUTOR, PERO LA VIVE INTENSAMENTE. NUESTRO ETERNO AMIGO.

Carlos Mansilla
Rompo un compromiso con mi amigo el Dr. Carlos Mansilla Gardella, distinguido profesional del campo jurídico y que respeta mucho tal condición. Hace buen tiempo le dediqué unas palabras y evocando tiempos de gratas relaciones en la radio cuando la televisión no alcanzaba todavía las dimensiones que posee ahora. Lo recuerdo que fue en Radio Central, emisora que funcionaba en la calle Belén y por la que desfilaron las grandes estrellas internacionales como Miguel Caló y su Orquesta Típica Argentina, el "Dúo Buonno y Striano", cómicos de gran categoría y el famoso "Cuarteto Allegro", un deleite con la canción italiana. Tres ejemplos de un pasado glorioso de la radio y que esta televisión no puede superar. Se acabaron las buenas voces y quienes mantenían un nivel de lenguaje florido y ameno.

Pasión oculta: El micrófono
La suerte de conocernos ocurrió cuando hacíamos locución en "Central", en horas de la noche, y dos jóvenes bomberos de la Roma 2 nos visitaban y hacían compañía. Sucedió en ese entonces una empatía natural entre nosotros. Carlos Mansilla, locuaz y con unos inmensos deseos de usar el micrófono, en esos tiempos estudiante de Derecho en San Marcos, y que aceptaba lo entrevistara con gran solvencia. El otro amigo era Eduardo Regalado Vercelli, "yunta" hasta ahora de este magistrado. Muy simpático y divertido con sus trucos de magia. Los recuerdo como si fuera ayer. Llegamos a convertirnos en lo que jamás dejó de ser: amigos. Me confesaría Carlos que en esas noches, a nuestro lado, iba absorbiendo nuestras modestas técnicas de locutor y que, tiempo después, le sirvieron para incursionar en la radio.

Erudito en la música.
Diríamos que nos encontramos no sólo ante un profesional del micrófono, sino más bien, frente a un entendido comentarista de la música. Lo que se dice ya en terminología técnica, un "melómano". Amor a las melodías, al ritmo y a todos los secretos que iba descubriendo sin ser músico. Carlos Mansilla Gardella tiene esa virtud. Para quienes no nos conocen, este es un trato común entre nosotros. Dejamos de lado su otra faceta de jurista y opinamos sobre el locutor, el musicólogo, el artista que lleva dentro de su ser. Esta es una especie de cura a sus innumerables preocupaciones de abogado. Aquí funciona el dotado de ritmo y son. No pone vallas entre los diversos géneros musicales y se solaza comentando con gran gusto a tal o cual artista. Comentarios, la verdad, muy centrados y de buen gusto.

Nos habla de la cumbia.
Tiene otro colega y al que recuerdo en Radio América. El Dr. Ramiro Arriarán y que usaba otro nombre para aislarse algo de su  profesión de abogado. Se convirtió en una figura radial con muchos adeptos. Lo mismo experimentó Carlos Mansilla Gardella en las emisoras en las que demostró ser excelente Disc Jokey. Nos resulta difícil describirlo, porque una cosa es oírlo en la radio, y otra en la sala de un tribunal. Eso sí, respeta mucho su rango de jurista. Es que me doy esta confianza, abusando de su amistad. Entre nosotros no hay nada que se oponga a este sentimiento de casi hermandad que nos une. Hace una labor silenciosa y lejos del micrófono, que es su otra vida. Comenta con suma propiedad los eventos artísticos y consiguiendo datos realmente interesantes. 

Simpático señor Jurista
Puedo afirmar que es una fuente mayor de conocimientos para quienes empiezan en esta carrera maravillosa de la locución. Fechas, citas especiales y amplio saber histórico del artista. Quedamos asombrados de tantos datos y que de manera casi divertida, "cuelga" entre sus allegados para su deleite en contacto con la música. Por ejemplo, nos envió a través del correo, la historia de Roberto Carlos y con una información espectacular del artista. Ingresa a la línea de la salsa colombiana y nos daría la impresión que estamos con un erudito de ese país por todo lo que ha investigado y propone. Hay muchos ejemplos más. Nosotros también pensábamos que esos comentarios de sus correos eran pertenencia propia de quienes editaban tal o cual programa musical. Es su hobby.

Grato comentarista
Es por todo esto que reseño al Dr. Carlos Mansilla Gardella, el colega de la locución que ama y que no deja para nada. Quizá es su entretenimiento. Eso lo mantiene de buen carácter y muy lúcido para cuando debe asumir lo otro, tan serio como es ser jurista. Un locutor que sale de la rutina diaria y se introduce en el campo periodístico, pero sin desligarse de su vocación musical. Lo felicito y le pido me exonere de una reprimenda por comentarlo aquí. Es una virtud que lo enaltece, pero sobre todo, que lo dignifica y nos obliga a dedicarle este modesto recuerdo homenaje. Conservo un libro histórico sobre la radio y que tuvo la gentileza de obsequiarnos como muestra de su amor a la locución. Bombero, locutor y eminente jurista. Quedo corto para transmitir su innegable personalidad. Un gran abrazo, tocayo. Gracias.