Cómo olvidar su tiendita en el Paseo de la República, entre la Av. 28 de Julio y el Estadio Nacional. Allí, a ese pequeño establecimiento que nos abrigaba con su calor humano, llegábamos Gaby y yo. Los enamorados de la radio Victoria. Desde el año 56 y perdimos la cuenta. La señora María, muy bondadosa con todos, nos tenía reservado el asiento interior. Generalmente atendía al paso. ¿Que ofrecía? Un café pasado y unos panes con chicharrón y relleno. Siempre el camote, dulce como la dueña y la "canchita".
Jamás estaba vacío. A toda hora y ayudada muchas veces por su hermano Benjamín y el bueno de José, su hijo. Muchos estaban de pié y no se si era casualidad pero, gran mayoría de sus clientes eran parejitas de enamorados que visitaban el entonces "verdadero" Parque de la Exposición. Cuando había fútbol, Doña María no se daba a basto para atender a tanta gente. Muy conversadora y atenta con todos. Hicimos una gran amistad con ella y su familia. ¡Cómo olvidar esta etapa de novios!
Es que Gaby cantaba en la radio Victoria y quien reseña era locutor de la misma. Nos enamoramos y la tiendita de Doña María era muy acogedora. Como se dice, éramos "caseritos". Estuvo invitada a nuestro matrimonio y nos obsequió el famoso libro de "Doña Petrona". Recuerdo imborrable. Muy aficionados con su hermano a las tardes de toros, nos invitaron en una oportunidad a la Plaza de Acho. Toreaba "El Nene" y había un buen cartel de novilleros. Disfrutamos de aquella tarde con toda su tradición limeña.
Doña Petrona |
El tiempo se ha llenado de años, peinamos canas y los buenos recuerdos siempre se asoman. Hace mucho tiempo que perdimos contacto con Doña María. No sabemos si el negocio continúa y qué será de ella. De lo que si estamos seguros es que permanece en nuestros corazones como si fuera ayer. Una remembranza a Doña María Infantas, inolvidable personaje de nuestra vida. Donde esté, que Dios la siga protegiendo. Quizá José o el otro hermano, lean esta reseña y sepan que no los olvidamos. Gracias.